Tiene los brazos tan grande que se le sale por la ventana.
Tiene la nariz tan grande que si se pone una gancho de pescar le sirve de caña
No eres más tonto porque no te entrenas
Tengo un hambre que me muero.
Érase un niño muy cabezón muy cabezón que siempre se metía por las calles anchas para no quedarse atascado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario